Miles de cerezos silvestres blanqueando los valles de los alrededores de Can Benet Vives. Este inicio de primavera, como cada año, es tan delicado y tan bello que convierte los bosques en un poema flotante. No puedo más que sentirme agradecido de presenciarte, Naturaleza que estás siempre ahí, viva, sin pedir nada (fotos de esta mañana).