Os recomiendo ver la película ‘El abrazo de la serpiente’, dirigida por Ciro Guerra. Actualmente la están proyectando en algún cine de BCN, y tal vez también en Madrid.
Se trata de un largometraje de más de 2 horas sobre la vida de un chamán del Vaupés (amazonía colombiana) y la sucesiva búsqueda de la ayahuasca por parte de dos investigadores alemanes guiados por el chamán.
El tema de la ayahuasca está fantasiosamente tratado, pero el simbolismo es claro y profundo. En la película la llaman “yakruna”, obviamente inspirado en el término brasileño “chacruna” que es nombre popular de uno de los componentes vegetales de la mixtura. Y también hablan de «buscar la caapi”, uno de los términos indígenas para referirse a la ayahuasca, y de ahí el nombre botánico de la liana: Banisteriopsis caapi.
De todas formas, lo que más quiero destacar es el fenómeno de la desconexión del ser, magistralmente expuesto en la película. El chamán explica de numerosas maneras que se ha convertido en un ‘chullachaqui’, un cascarón humano sin vida interna, sin recuerdos trascendentes, sin profundidad. Es lo que llamo ‘una máquina de tabaco’: alguien que parece humano, que parece que hable y se mueva, como una máquina de expedir tabaco, pero no hay nadie ahí dentro.
Casi diría que este es el verdadero argumento de la película: la búsqueda de la conexión con el ser interno.
En lo personal, cuando la vi me trasladó completamente a mi tiempo de vida amazónica, a la cadena de conexión con lo trascendente que me compactó Juankª. Me trasladó a la juventud de Carlos Pichamª, a como era la vida en la selva en la primera mitad y hasta final del siglo pasado, con locos occidentales instalados en la espesura y viviendo impunemente su demencia, misioneros fanáticos convencidos de la bondad de su labor, buscadores de fortuna material, indígenas enraizados en su tradición y sabiduría y otros ya perdidos y convertidos en ‘chullachaquis’. Os la recomiendo.